América Latina y el Caribe es una región especialmente vulnerable a
los efectos del cambio climático. Los impactos ya se pueden observar.
Por ejemplo, el incremento de gases de efecto invernadero (GEI) destruye entre el 10% y 20% la producción anual de papa en Latinoamérica, y se ha convertido en la principal amenaza que enfrenta este cultivo. Ante
los nuevos escenarios climáticos, es necesario contar con recursos
económicos para generar programas e iniciativas que permitan hacerle
frente al problema ambiental.
ConexiónCOP conversó con Gloria Visconti, especialista en cambio climático del Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
quien sostuvo que las modificaciones en la temperatura del planeta se
traducirán en un costo anual estimado en 2,4% del PBI de la región al
2050. Por su parte, Sandra Guzmán, coordinadora general del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe (GFLAC), explicó que si bien Latinoamérica es altamente vulnerable al cambio climático, también está incrementando sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), razón
por la cual el financiamiento es muy importante tanto para la
mitigación de estas emisiones como para la adaptación a los efectos del
calentamiento global.
“De acuerdo con estudios realizados, América Latina recibe alrededor del 15% de la subvención climática, por debajo de Asia Pacífico y África”, destacó Guzmán.
Los ejes del financiamiento
¿Cómo generar dinero para la mitigación y adaptación?, ¿A qué
entidades deben recurrir los países en desarrollo?, son algunas de las
preguntas en torno al incremento de GEI. ConexiónCOP ha
elaborado 8 claves del financiamiento climático que permitirán
entender los ejes importantes de la economía mundial frente a los nuevos
escenarios ambientales.
1. Financiamiento climático: El término engloba los
recursos económicos que los actores públicos y privados, a nivel
internacional o local, utilizan para reducir los GEI (mitigación) y para
lograr la adaptación frente al problema global. Además, otros medios de
implementación del financiamiento son la creación de capacidades y la
transferencia tecnológica de países desarrollados hacia naciones en
desarrollo.
“En los últimos años, las comunidades y organizaciones de la sociedad civil también son actores claves en el desarrollo de soluciones frente al cambio climático. El financiamiento climático, por tanto, puede ser implementado por diversos grupos, siempre y cuando se vele por el bien de la mayoría de los ciudadanos y no solo para los intereses individuales”, explica Guzmán.
2. El Fondo Verde para el Clima: Como resultado de la COP15 (Copenhague 2009), los países miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) acordaron movilizar a través del Fondo Verde para el Clima (FVC) 100
mil millones de dólares anuales a partir del 2020 para asistir a los
países en desarrollo en sus esfuerzos de adaptación y mitigación al
cambio climático. Actualmente el FVC ejecuta programas en Chile, Perú y México, entre otros.
3. Otras fuentes de financiamiento: Como parte del compromiso tras el Acuerdo de París –logrado en la COP21–, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estableció la Asamblea de Gobernadores junto con la Corporación Interamericana de Inversiones (CII).
El objetivo es aumentar el volumen de financiación climática hasta un
30% más hacia finales del 2020 por medio de la plataforma NDC Invest,
que se lanzará próximamente; y ayudará a los países a traducir sus
contribuciones climáticas (NDCs) en planes y proyectos de inversión. El
BID también moviliza recursos multilaterales de financiación climática a
través del FVC y de las siguientes entidades: Climate Investment Funds, Global Environment Facility, Forest Carbon, Adaptation Fund y UKAID, entre otros.
“Incentivamos a los países a comunicarse con el banco para solicitar toda la información posible sobre la plataforma NDC Invest, ya que estamos convencidos de la importancia de guiar e implementar la agenda de cambio climático y de asistir a los países en la traducción de sus compromisos climáticos en planes de inversión”, sostuvo Gloria Visconti.
4. Inversión en Latinoamérica al 2020: En los
últimos años, los eventos climáticos extremos ocurridos en la región han
afectado a más de 10 millones de personas. Según el BID, en
Latinoamérica y el Caribe se estima una inversión de US$75.000 millones a
US$80.000 millones por año entre 2020 y 2030 para el financiamiento
climático.
5. El sector privado y el financiamiento: En el
2015, más de dos tercios del total del financiamiento climático en el
mundo fue destinado al sector privado. El BID y la CII apoyan al sector
privado a través de préstamos, garantías e inversiones de capital. La
inclusión del sector privado como socio financiero generará carteras de
proyectos más vanguardistas y de infraestructura sostenible.
6. Financiamiento por falta de políticas: Todos los
países de la región latinoamericana presentan diversos niveles de
vulnerabilidad, pero no cabe duda de que los países centroamericanos y
los caribeños son los más expuestos al cambio climático debido a su
posición geográfica. La vulnerabilidad de las naciones también se asocia
con los niveles de pobreza y la falta de preparación que tienen para
hacer frente a desastres asociados con el cambio de clima.
“Si bien países como Haití son altamente vulnerables por la pobreza y situación geográfica, naciones como México son vulnerables por la falta de políticas para hacer frente a los desastres climáticos que han azotado al país”, explica Sandra Guzmán.
7. Transparencia: A nivel
internacional se espera la creación de un marco de transparencia que
mejore la información sobre los flujos de financiamiento con el fin de
identificar mejor el dinero y conocer hacia dónde se dirige. Estudios
del GFLAC detectaron que Chile, Perú y Colombia han propuesto
crear sistemas de Medición, Reporte y Verificación (MRV) de sus
contribuciones.
8. Estrategias Nacionales de Financiamiento Climático:
Estos recursos permitirán que los países identifiquen con claridad
cuánto les cuesta el cambio climático y las asignaciones de sus
presupuestos públicos.
“Las estrategias de financiamiento deben identificar mecanismos para apalancar recursos públicos y privados. Pero, sobre todo, estas estrategias se deben crear en colaboración con actores de diversos sectores de la sociedad. El cambio climático es un asunto de toda la ciudadanía y el éxito dependerá de crear buenas y eficaces políticas que perduren en el tiempo”, concluye Guzmán.